Por definición, la joya es un objeto de gran valor. Como tal, es un bien delicado, cuya belleza y duración está condicionada por trato que se le dé.
Recomendamos guardarlas en un lugar oscuro y seco, evitando igualmente el calor excesivo. Si el sitio es muy húmedo, es aconsejable guardarlas junto a una bolsita anti-humedad. Una de las características propias del chapado es que puede perder intensidad con el tiempo y el uso. La velocidad a la que desaparece depende de la forma en que se cuide la joya. Para mantener el chapado en perfecto estado, se recomienda llevar las piezas a su joyero de confianza para una limpieza profesional una vez al año.
Las joyas se envían en una caja. Le recomendamos mantenga guardado el artículo en su embalaje original, evitando el contacto prolongado con otro producto que pueda erosionar o causar modificaciones en sus componentes.
Evite su contacto con todo tipo de líquidos, como agua, jabones, detergentes, alcoholes o productos químicos. Evite lavarse las manos, ducharse, bañarse o realizar actividades de limpieza con ellas. Recomendamos aplicarse el maquillaje, laca y perfume antes de ponerse la joya. No utilice las joyas en el momento de practicar actividades en las que se sude.
Para la limpieza de nuestras joyas, recomendamos frotarlas con un trapo suave (no papel), para devolver el brillo y eliminar la oxidación. Desaconsejamos el uso de productos químicos, como limpiametales. Para una limpieza más profunda, puede utilizar un trapo o cepillo suave húmedo y secar a continuación con un secador de pelo a temperatura suave. Las piedras cristalinas pueden ser limpiadas del mismo modo. Las piedras opacas como la turquesa o el lapislázuli no deben mojarse, ya que al ser porosas pueden absorber la humedad. Por ello, rogamos limpiarlas con un trapo seco suavemente.